domingo, 18 de octubre de 2009

Flashback


La contemplé durante unos segundos, era realmente bonita. Había oido a todos comentarlo en varias ocasiones, todos coincidían, era una belleza que se salía de lo normal. Reparé unos instantes en su pelo negro y cuando llegué al summum de mi observación, me invadió la pena.
Estabamos los presentes repartidos a sendos lados de una larga mesa, ella se encontraba en una esquina, con la mejor de sus sonrisas, siempre tímidas, pero al fin y al cabo sonrisas.
Es, de veras, de esa clase de personas que no puedes parar de mirar, ni por un instante siquiera, pero aquella noche me dolía dirigir la mirada hacia ella; pobre inocente.
En muchas ocasiones, ya antes de concerla incluso, me había sobrecogido el temor por encontrarme en su situación, aunque claro, bien sabido es que aquello que no sabes no puede hacerte daño, es obvio. Ella ignoraba lo que todos sabíamos.
Creo que más de uno de los que se encontraban a mi alrededor pensó en algún momento de la cena algo similar.
Afortunadamente fue una de las primeras en marcharse. Cuando se despidió hizo notar su ausencia más que nadie, pese a que no hubiese hablado apenas, pese a que era a la que menos se conocía.
Volviendo de camino a donde ahora me encuentro, cada vez que pensaba en ella sentía que esta vida no es justa; le habían mentido, le habían humiyado, le habían quitado algo legitimamente suyo y, mientras ella vivía la omisión y en el desconocimiento más profundo había alguien detrás suya riéndose de ella, a la vez que esa persona continuaba su vida sin ningún tipo de problema, ganándose palmaditas en la espalda de aquellos que, de la misma forma, no pensaban en los demás, sólo en ellos mismos.